15 de Junio Día de la Reforma Universitaria

por | 15 Jun 2021

Durante el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) sucedieron los acontecimientos conocidos como “Reforma Universitaria de 1918”. Estudiantes universitarios de Córdoba protestaron contra lo que consideraban prácticas autoritarias y dogmáticas de quienes dirigían la universidad. El conflicto se extendió a otras universidades del país. Con apoyo de algunos intelectuales y profesores, los estudiantes reclamaron la democratización del gobierno universitario, la gratuidad, la promoción de la ciencia, la libertad de pensamiento y la autonomía.

En consonancia con los acontecimientos que vivían el país y el mundo, en junio de 1918 la juventud universitaria de Córdoba inició un movimiento por la genuina democratización de la enseñanza, que cosechó rápidamente la adhesión de todo el continente.

Esta gesta, conocida como Reforma Universitaria, es uno de los mitos de origen de la Córdoba del siglo XX, y uno de los puntos de partida de su entrada en la modernidad. La utopía universitaria del ’18 se anticipó medio siglo al «Mayo Francés» y extendió su influencia a todas las universidades argentinas y latinoamericanas.

Las reivindicaciones reformistas bregaban por la renovación de las estructuras y objetivos de las universidades, la implementación de nuevas metodologías de estudio y enseñanza, el razonamiento científico frente al dogmatismo, la libre expresión del pensamiento, el compromiso con la realidad social y la participación del claustro estudiantil en el gobierno universitario.

Las bases programáticas que estableció la Reforma fueron:

Cogobierno estudiantil

Autonomía universitaria

Docencia libre

Libertad de cátedra

Concursos con jurados con participación estudiantil

Investigación como función de la universidad

Extensión universitaria y compromiso con la sociedad

Cronología de hechos:

 – En marzo, los estudiantes todavía continuaban con sus protestas. Se organiza el Comité Pro-Reforma presidido por Ernesto Garzón, Horacio Valdéz y Gumersindo Sayago. Tras decretar una huelga en apoyo a sus proyectos, el Consejo Superior decide «no tomar en cuenta ninguna solicitud estudiantil»,  el Rector cerró las puertas de la Universidad.

 – El 11 de abril se conforma la Federación Universitaria Argentina (FUA), presidida por Osvaldo Loudet. Ante la gravedad de los sucesos que se producían en Córdoba, y luego de recibir a los dirigentes estudiantiles, el presidente Irigoyen decreta la intervención de la Universidad y designa al Dr. Nicolás Matienzo para ejercerla. Casi inmediatamente después de asumir, redactó e hizo aprobar el estatuto que reemplazaría al de 1893, al que calificó de restrictivo porque excluía a los profesores y dejaba el gobierno en manos de cuerpos vitalicios. Matienzo democratizó, de esta manera, el gobierno universitario. La lucha estudiantil estaba legitimada por el apoyo del ex gobernador de la Provincia, Ramón J. Cárcano, y algunas personalidades como Deodoro Roca, Enrique Martínez Paz, Arturo Orgaz, Joaquín V. González.

 – La nueva Asamblea Universitaria constituida por la totalidad de profesores titulares y suplentes fue convocada para el 31 de mayo. Durante ese mes se eligieron democráticamente los decanos de las tres facultades que entonces existían (Derecho, Medicina y Ciencias Exactas). Triunfan de forma avasalladora los partidos de la Reforma. Belisario Caraffa fue proclamado vicerrector y se trasladó para el 15 de junio la elección del rector. Estos antecedentes indicaban que ese día el Dr Enrique María Paz, abanderado de la reforma, sería consagrado rector. Sorpresivamente y olvidando el compromiso adquirido ante los estudiantes, la Asamblea de Consejeros elige rector al Dr. Antonio Nores, candidato de la asociación clerical «Corda Frates». Los estudiantes, envueltos por un sentimiento de traición, irrumpieron en el salón, lo desalojaron e impidieron la consumación del acto. Sobre el mismo pupitre rectoral redactaron la declaración de una nueva huelga. Surgieron entonces dos entidades de programas opuestos: la Federación Universitaria presidida por Enrique Barros, y el Comité Pro Defensa encabezado por Carlos Artaza Rodríguez.

 – El 17 de junio, Nores asume el rectorado. Se registran otros hechos de violencia. La FUC reclama su renuncia al tiempo que difunde el Manifiesto a los Hombres Libres de  Sud América, redactado por Deodoro Roca, al que suscriben varios reformistas. Los estudiantes de todo el país y los obreros se pliegan a la huelga.

– El 21 de junio es proclamado el Manifiesto Liminar. Redactado por Deodoro Roca y adoptado como documento programático por la Federación Universitaria de Córdoba. Constituyó la base de la reforma universitaria argentina. Su difusión e influencia se extendió rápidamente el resto de Latinoamérica constituyendo la base de todos los movimientos reformistas posteriores.

 – El 6 de julio, el Obispo de Córdoba, Fray Zenón Bustos, acusa a los estudiantes de incurrir en «prevaricato franco y sacrilegio». El día 11 el Consejo Superior clausura la Universidad.

 – El Primer Congreso Nacional de Estudiantes, convocado por la FUA, inicia el 21 de julio sus sesiones en Córdoba proclamando la necesidad de autonomía, gobierno tripartito paritario, asistencia libre, régimen de concursos y periodicidad de la cátedra, entre otras demandas. Ante la ingobernable situación, Nores renuncia al rectorado acompañado por numerosos profesores. Se suceden las manifestaciones estudiantiles. El Ejecutivo, haciéndose eco de las protestas estudiantiles, designa como interventor de la Universidad de Córdoba al Dr José Salinas, se reforman los estatutos y se da lugar a muchas aspiraciones estudiantiles. Aceptó la renuncia a sus cátedras a numerosos profesores. Muchos reformistas ingresaron a la docencia, entre ellos Arturo Capdevilla, Deodoro Roca, Arturo y Raúl Orgaz.

 – Se reforman los estatutos de la UBA y se declara la libre asistencia a clases y la representación de los estudiantes al Consejo.

Dr. Enrique Fausto Barros

Entre los reformistas de la época destacamos la presencia de Enrique Fausto Barros mercedino por elección, quien adquirió el aprendizaje en aquellas jornadas épicas de 1918 cuando en la ciudad de Córdoba los estudiantes se movilizaron para promover el acontecimiento político más trascendente de la historia política de las universidades latinoamericanas: la Reforma Universitaria.

Barros entonces tenía 25 años. Había nacido en Córdoba 1893. Refutando posteriores e interesadas descalificaciones, no pertenecía al patriciado y debió trabajar para costear sus estudios. Su consultorio estuvo abierto hasta su último día. De Alfredo Palacios se cuenta que en la puerta de su estudio jurídico había colgado un cartel que decía: “Se atiende gratis a los pobres”. Barros hizo lo mismo en su consultorio de calle Ituzaingó.

La vocación de su vida fue la política y la medicina. A ambas les dedicó su talento y su genio.

Fue el primer presidente de la FUC, acompañado por Horacio Valdés y Gumersindo Sayago. En esas semanas febriles de junio de 1918 se edita la Gaceta Universitaria y él es el director. En ese periódico, se publica el 21 de junio el famoso “Manifiesto liminar”, escrito por Deodoro Roca y firmado por quince dirigentes estudiantiles, entre los que se destaca Enrique Barros.

El dirigente reformista fue un profesional destacado que estuvo a punto de recibir el Premio Nobel gracias a sus investigaciones acerca de la psitacosis. Después de recibirse estudió en la universidad alemana de Friburgo y a lo largo de su vida fue invitado por diferentes universidades del mundo para dictar conferencias.

Murió en su ciudad natal en  marzo de 1961.

Fuente: Universidad Nacional de Córdoba / Rogelio Alaniz