Día de la Pachamama

por | 1 Ago 2019

La Pachamama, o Madre Tierra, es una deidad venerada por ser generadora de la vida, símbolo de fecundidad por su capacidad para producir, bendecir y engendrar plantas, animales, alimentos y otros medios de subsistencia del ser humano. Es adorada por los descendientes de los pueblos originarios que habitan territorios desde mucho antes que existieran las fronteras actuales. De hecho, los orígenes de este culto se remontan a la época preincaica, es decir, antes de que la región fuera anexada al Tawantinsuyu o Imperio Inca.

El Día de la Pachamama es una tradición ancestral que se celebra en el noroeste de Argentina cada 1 de agosto, aunque la fiesta o celebraciones se extienden durante todo el mes. Parte de la celebración es llevar a cabo ritual de la Pachamama, que consiste en enterrar una olla de barro con comida y otras ofrendas. Los guaraníes, además, beben caña con ruda macho para espantar los males del invierno.

Las ofrendas y ceremonias

La ofrenda es una manera simbólica en la cual el hombre devuelve a la Pachamama lo que ha tomado de ella, con el fin de restablecer la reciprocidad entre el ser humano y la naturaleza. Así, además de devolver algo de lo que nos ha dado y agradecerle por ello, a la Madre Tierra se le pide por nuestros deseos más profundos acerca de la vida, lo que queremos lograr y lo que queremos para nuestros seres queridos. Porque esta deidad va más allá del planeta Tierra: «Pacha» en aimara y quechua significa también mundo, universo.

Las ceremonias son básicamente de dos tipos, en los hogares, con ofrendas particulares y familiares, y en comunidad, donde la ceremonia es liderada por sacerdotes andinos o las personas ancianas de la comunidad.

En las casas, la ceremonia comienza bien temprano con el sahumado, que es la “limpieza” de las habitaciones. A primera hora, los habitantes de San Antonio de los Cobres, por ejemplo, un pueblo de la Puna salteña a casi 3.800 metros sobre el nivel del mar, agradecen y piden perdón a la Pachamama en un rezo comunitario: recolectan la basura de las esquinas, la colocan en una pala con brasas y le agregan plantas de la zona. La tradición dice que debe usarse la hierba muña muña, aunque también se utiliza incienso, mirra y sándalo. Y se debe sahumar tanto el hogar como los negocios, el espacio de trabajo e incluso a las personas más cercanas en los afectos, para sacar las malas energías y comenzar un nuevo ciclo.

Luego llega la “corpachada”, en la que se depositan ofrendas en un hoyo cavado en la tierra, como manera de darle de comer y beber a la Madre Tierra. Se celebra en agosto porque es el tiempo previo a roturar la tierra, para luego poder sembrarla. En la “corpachada” se colocan en ese hoyo en la tierra un acullico (hojas de coca mascadas), o solo la coca, la llicta (masa hecha con papas hervidas, de color gris oscuro por las cenizas de algunas plantas), tabaco y bebidas alcohólicas como chicha; bocados de tistincha (guiso preparado con corderito o llama), locro, humita y papines. También se escancia caña quemada -o ginebra- con ruda macho macerada en la bebida espirituosa. Así a la tierra se le da de comer, de beber y de fumar. Y se suele colocar el llojke o yoki, un amuleto que consta de dos hebras de hilo de color blanco y negro.

El Poder Ejecutivo de la provincia de Jujuy confirmó que mediante el decreto Nº 9.895, dispuso asueto provincial administrativo y escolar en todos sus niveles, para el jueves 1 de agosto, en Jujuy, “Capital Nacional de la Pachamama”.

En sus considerandos, el instrumento señala que la ceremonia a la Pachamama constituye un ritual de origen ancestral, que forma parte de un sistema de reciprocidad entre el mundo material y el mundo espiritual, señalando también que, para los pueblos indígenas, las ofrendas tienen un significado de reconciliación con las fuerzas espirituales, tendientes a avanzar hacia el equilibrio de los sistemas naturales, sociales y religiosos. Asimismo, se expresa que es política del Gobierno vigorizar el rescate de la cultura indígena, acompañando a las comunidades en el camino de la reafirmación cultural, la interculturalidad, la promoción de sus prácticas que se traducen en la conservación del paisaje, el suelo, los rituales, las señas y secretos de crianza.

Cabe mencionar que por Ley Nacional Nº 26.891, la provincia de Jujuy fue declarada “Capital Nacional de la Pachamama”, lo que pone en valor una tradición ya arraigada en los pueblos andinos.

Historia de la Pachamama: https://www.youtube.com/watch?v=afJ63nTVaE8

Fuente: Clarín