131º aniversario del nacimiento de Lucy Wills

por | 10 May 2019

  La científica británica, descubridora del vital ácido fólico para las embarazadas, investigó un factor nutricional en la levadura, conocido al principio como Factor Wills, que prevenía y revertía la anemia macrocítica.

  Gracias a la buena educación que primero recibió y a la que más tarde pudo tener acceso, desarrolló una independencia financiera y de pensamiento que la convirtieron en una persona muy crítica con el sistema y con los comités médicos y científicos conservadores de principios del siglo pasado. Esa independencia, capacidad y ansias de conocimiento le dieron, a su vez, todo tipo de oportunidades profesionales que siempre puso al servicio de la humanidad.

  Lucy Wills nació en una pequeña localidad cerca de Birmingham el 10 de mayo de 1888. Fue la tercera hija de una familia acomodada y con grandes inquietudes por los estudios científicos: su madre fue la única hija -con seis hermanos- de un conocido médico de Birmingham; su bisabuelo había participado en la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia y escribió artículos sobre meteorología y otras observaciones científicas, y su padre estaba particularmente interesado en la botánica, la zoología, la geología y las ciencias naturales en general, así como en el desarrollo de la ciencia de la fotografía.

  Gracias a la lucha por la igualdad y a los logros en la consecución de derechos para las mujeres en la época victoriana, Wills fue una de las primeras generaciones de niñas que se benefició de una educación de calidad en ciencias en internados que hasta pocos años antes eran exclusivamente para varones. Asistió al Cheltenham College for Young Ladies y, años después, en 1911, obtuvo la doble licenciatura en Botánica y en Geología en el Newnham College de Cambridge University, otra institución a la vanguardia en la educación de mujeres.

  Lucy Wills ingresó en la London School of Medicine for Women, la primera escuela de medicina para mujeres de Inglaterra, y obtuvo su título universitario de médico en 1920. Comenzó a trabajar con otro amigo de Cambridge en el Departamento de Patología Química del Royal Free Hospital, y a medida que aumentaba su interés y conocimiento de la biología médica también lo hacía por el área de la hematología.

  Nutricionistas y hematólogos reconocen en la actualidad su gran legado, basada en la observación simple pero que supuso un hito en la historia médica y, sobre todo, en la salud de las mujeres embarazadas.